De una viejita a otra:

"El José todavía puede hacer de todo"

"Ahhhh... ¿en serio?"

"Sí, hace el mate, saca la silleta... todo hace"

Cuanto más edad, menos cosas se pueden hacer.

"Fede, no saques la mano por la ventana... ¡sentate y quedate quieto carajo!"

Y el puchero del nenito decía todo lo que estaba pensando. Hasta que la mamá le dijo:
"Dale Fede, dame la mano que bajamos acá..."

"¡NO, VOZ ME DIJIZTE QUE ME QUEDE QUIETO ACA!"

Los chicos aprenden cada vez más rápido.

"¿Chofer, me puede avisar cuando estemos cerca?"

"Sí bebé, yo te aviso..."

"Bebé su abuela."

No hace falta hacer mucho para recibir un insulto.

La chica que hoy venía delante mío estaba toda empapada de transpiración; se hacía viento con unos apuntes pero nada... hasta que no aguantó y se secó con los apuntes dejándose toda la tinta de las hojas en el cuello.

El sacrificio siempre es necesario.

De un bondibusero a otro, en el semáforo:

"Hicite el lechón?"

"Seeee... con mi cuñado. Hasta Papá Noel se quedó a morfá en casa"

"jajajajajja... despué fue a brindá a casa. Con lo que chupó seguro lo pararon los cana y le sacaron el trineo"

"jajajajajajaaaa... le voy a decí eso a mis nenas que están jodiendo que por qué no les trajo regalo"

"jajajajajajajjaja"

En épocas de fiestas sale lo mejor de nosotros, hasta los chistes.