jueves, 18 de noviembre de 2010

La mina estaba llena de aritos: en la nariz, en las orejas, en la boca, en la lengua, en la nuca y en una de las rastas. Mientras, dos viejitas la miraban atónitas.
Hasta que la chica bajó y ahí una aprovechó para comentar:

“Dios mío… qué barrrbaridá… tiene más aros que una payada esa chica!”

El ingenio no tiene fecha de vencimiento.

7 comentarios:

Mauro Avalo dijo...

jaja que viejas guachas :P

Lucas Fulgi dijo...

Jaja, ¡genial!

el waro dijo...

SOn terribles las viejitas!!!!...

Flor dijo...

Yo tengo una teoria con respecto a la gente q viaja en colectivo y la comprobé después de años de viajar, al jardín, primaria, secundaria, facultad y trabajo.
En la fila de asientos dobles, al que le toca sentarse con un extraño siempre saca el pie izquierdo al pasillo, como si le diera verguenza o algo así.

Anónimo dijo...

La gente grande a veces sorprende demasiado.


Es impresionante todo lo que se ve en un bondi.

Meg dijo...

jjajjjajajajajajajjajajajj!

choque generacional

Facu Herra dijo...

De u, el ingenio nunca va a frenar mientras las alas no se humedezcan con el sudor de sus mierdas, al menos flotando en mis estados delirados sudando noradrenalina con la intención de huir y bajar cosas de un más allá para que después vuelvan a volar, solo porque no se merecen vivir en esta tierra...Hace falta humedecerme con el sudor de la endorfina... un poco más de amor para vivir, una eterna alegría que se pervierta de tanto sentir...