Hoy subió una mujer muy elegante, con un vestido que arrancaba suspiros a cuanto hombre pasara por al lado, con una producción digna de una telenovela venezolana.
Hasta que el taco se le quedó trabado en una de las ranuras de la escalera para descender:
"Ay... ayyyy... la puta madreeee"
Al glamour también lo hace el entorno.
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