Una hermosa chica le pregunta a un pibe:
"Disculpame... ¿este va hasta Alem y Paraguay?"
Pibe:
"Sí sí... este va como hasta la concha de la lora."
Hay respuestas que matan preguntas y destruyen conversaciones.
viernes, 28 de agosto de 2009
miércoles, 12 de agosto de 2009
sábado, 8 de agosto de 2009
Una lectora (Chochi) me contó una vez que en el bondi le ofrecieron el asiento a una mujer porque pensaban que estaba embarazada, a lo que el marido contestó "No, es que somos gorditos nomás..." (me morí cuando la leí)
En fin, hoy pasó algo más o menos parecido...
Resulta que subió una chica, con sus auriculares, su libro y la mochila. Un señor mayor venía sentado con sus ENORMES anteojos.
Cuando la chica subió, él se levantó y le dijo "Tome asiento por favor" y la chica lo miraba con una mezcla de agradecimiento y duda. Hasta que me di cuenta por qué el señor hizo eso: la chica llevaba la mochila colgada en la parte de adelante.
Las apariencias engañan.
En fin, hoy pasó algo más o menos parecido...
Resulta que subió una chica, con sus auriculares, su libro y la mochila. Un señor mayor venía sentado con sus ENORMES anteojos.
Cuando la chica subió, él se levantó y le dijo "Tome asiento por favor" y la chica lo miraba con una mezcla de agradecimiento y duda. Hasta que me di cuenta por qué el señor hizo eso: la chica llevaba la mochila colgada en la parte de adelante.
Las apariencias engañan.
miércoles, 5 de agosto de 2009
Hoy había una parejita de abuelos que subió y se sentó delante mío, los dos muy coquetos y bien perfumados.
"A ver... dejame que te arregle la corbata... parecés un linyera."
"Buenooo... ahí está, ahí está che..."
Hasta que el abuelo se sacó la dentadura y se la pasó a su mujer diciéndole "Fijade zi eztan guien o no".
Ella mientras, la limpiaba con su pañuelo.
La edad nos vuelve más mañosos, pero menos exquisitos.
"A ver... dejame que te arregle la corbata... parecés un linyera."
"Buenooo... ahí está, ahí está che..."
Hasta que el abuelo se sacó la dentadura y se la pasó a su mujer diciéndole "Fijade zi eztan guien o no".
Ella mientras, la limpiaba con su pañuelo.
La edad nos vuelve más mañosos, pero menos exquisitos.
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